The Smashing Pumpkins Mellon Collie And The Infinite Sadness
Formato: 2CD, Jewel Case
Edición: Estados Unidos - 2012, Disc Made in Mexico

Mellon Collie and the Infinite Sadness, lanzado en 1995, es el álbum doble más ambicioso y monumental de The Smashing Pumpkins. Con este trabajo, la banda no solo consolidó su lugar en la historia del rock alternativo, sino que también definió un sonido que trascendió las fronteras del grunge, el alt-rock y la música de los años 90, con una mezcla única de texturas sonoras, composiciones épicas y una carga emocional profunda. Este álbum es considerado por muchos como una de las obras más significativas de la década de 1990 y uno de los discos más completos y desafiantes de la banda.

El álbum está dividido en dos discos: Mellon Collie y The Infinite Sadness, cada uno con su propio tono y enfoque, pero unidos por los temas recurrentes de la desolación, la lucha interna y la melancolía que impregnan las letras de Billy Corgan. Mellon Collie and the Infinite Sadness abarca una vasta gama de estilos, desde el rock alternativo, el grunge, el prog, el barroco-pop y hasta elementos de música electrónica, lo que lo convierte en un collage sonoro de influencias diversas.

Las canciones de este álbum están marcadas por la brillantez melódica de Corgan, quien a lo largo de los dos discos explora una profunda variedad emocional. El inicio del álbum, con la potente "Billy Corgan" en la intro de "Mellon Collie and the Infinite Sadness," es épico y grandilocuente, abriendo paso a uno de los sencillos más conocidos de la banda: "Tonight, Tonight." Con su majestuosa orquestación y la emotividad en la interpretación vocal de Corgan, "Tonight, Tonight" se convierte en una de las piezas más emblemáticas del álbum, siendo tanto un himno de la tristeza como de la esperanza.

Otras canciones destacadas incluyen "1979," que es un ejemplo perfecto de la habilidad de Corgan para mezclar la nostalgia y la introspección con un ritmo más accesible. Esta pista, con su atmósfera relajada y su lírica evocadora sobre la juventud y el paso del tiempo, se convirtió en un éxito comercial y en uno de los mayores éxitos de la banda. "Bullet with Butterfly Wings," con su característico grito de "Despite all my rage, I am still just a rat in a cage," captura la frustración y la alienación juvenil, y es uno de los temas más pesados y agresivos del disco.

"Muzzle" y "Porcelina of the Vast Oceans" siguen en esta línea de exploración emocional, mientras que canciones como "X.Y.U." y "Zero" se sumergen en el caos, el grunge y la oscuridad de la lucha interna. En "Zero," Corgan presenta una de sus líneas más icónicas: "I’m not sick, but I’m not well," que refleja el escepticismo y la desesperanza, un tema recurrente en todo el disco.

En el segundo disco, The Infinite Sadness, la banda se permite una mayor experimentación con la forma y la estructura. "Thru the Eyes of Ruby" y "Stumbleine" son ejemplos de composiciones más largas y complejas que se adentran en el progresivo y el experimental. Mientras tanto, "Beautiful" y "Thirty-Three" ofrecen momentos más introspectivos, suaves y melódicos que contrastan con las partes más agresivas del disco.

El álbum se cierra con "Farewell and Goodnight," una balada suave que, con su tono nostálgico y melancólico, ofrece una sensación de cierre y reflexión sobre el viaje emocional del disco. Esta canción, con sus delicados arreglos de piano y voces entrelazadas de los miembros de la banda, ofrece un final agridulce, reconociendo la tristeza y la belleza de la vida.

En términos de producción, Mellon Collie and the Infinite Sadness es impecable, con Flood y Alan Moulder a cargo de la producción, quienes logran capturar la amplitud emocional y sonora del álbum. La mezcla de guitarras pesadas, cuerdas, pianos y sintetizadores crea una atmósfera rica y envolvente que complementa perfectamente las composiciones de Corgan.

A lo largo de Mellon Collie and the Infinite Sadness, The Smashing Pumpkins logran equilibrar la ambición con la vulnerabilidad. Corgan, con su enfoque introspectivo y su capacidad para escribir letras cargadas de emoción, transmite una sensación de lucha interna, de amor perdido y de desesperanza, todo ello envuelto en un sonido grandioso y variado que no deja de sorprender.